La escuela de la posguerra fue una escuela en negro. El negro de las sotanas de los curas y los hábitos de las monjas. El negro de las pizarras, de la oscuridad y del No. Hacía falta negar y borrar la memoria de la educación republicana. Se impuso en las escuelas la simbología fascista de los vencedores, se prohibieron los vehículos de la memoria, especialmente la lengua, y se instauró una enseñanza definida por el nacionalcatolicismo donde la Falange y la Iglesia (cierto que en competencia por la hegemonía al principio) eran omnipresentes.
La sumisión a la autoridad fue tan absoluta como el recurso a la memoria acrítica y la ausencia de cualquier resquicio al más mínimo desacuerdo. En 1945, con la aprobación de la Ley de Enseñanza Primaria, se oficializó la subsidiariedad del Estado en favor de la Iglesia. La enseñanza secundaria (privada) se convirtió también en un campo acotado a las órdenes religiosas.
El nuevo régimen prohibió la coeducación. Frente a los avances conseguidos por la segunda república, el franquismo impuso su modelo de madre reproductora de hijos e ideología. De hecho, la educación de las mujeres fue encomendada a la Sección Femenina que coexistió y rivalizó, hasta donde pudo, con la iglesia. El Fuero del Trabajo proclamó la “liberación” de la mujer del taller y la fábrica. Se crearon centros para proteger y reducir el “vicio” de las mujeres (la prostitución, muy forzada por las circunstancias) mientras proliferaban asilos, inclusas y casas de beneficencia y misericordia que “atendían” a miles de niños y niñas huérfanas o con padres y madres en la cárcel o en situación de extrema pobreza.
El vuelco de la enseñanza impuesto por el franquismo supuso la represión sistematizada y organizada de los protagonistas de la etapa republicana: los maestros. Se abrieron miles de expedientes de depuración y muchos de los docentes expulsados recalaron en academias y colegios privados que preparaban a los alumnos para examinarse “por libre”. Esta represión (y la subsidiariedad respecto a la iglesia) agravó el deterioro de la escuela pública
Los dos institutos públicos mixtos de la Republica sufrieron la segregación por razones de género mientras que en la Universidad se depuraban los claustros y se permitió el fusilamiento del rector Peset Aleixandre. La ideología nacionalcatólica substituyó al método científico. Por todos los lados dominó la oscuridad y las tinieblas y se apagaron todas las luces del espíritu. Nos adentrábamos en un pozo del que tardaríamos décadas en salir.
La Guía de la Valencia del primer franquismo (1939-1948), es un ambicioso proyecto editorial que intenta responder a la pregunta de qué sucedió en la ciudad de Valencia entre el final de la guerra de 1939 y la declaración del final del estado de guerra en 1948. Un intento de superar el silencio derivado del Pacto de la Transición (no cuestionar la esencia del relato franquista), de la “incomodidad” que aún hoy supone hablar de aquellos años y también de la dificultad de acceso a importantes fuentes documentales del periodo (materiales desaparecidos o dispersos).
Si quieres enviarnos algún material o información que enriquezca la web nos puedes escribir desde la página de contacto
© Diputació de València 2021 · Diseño web La Mina Estudio
© Diputació de València 2021
Diseño web La Mina Estudio